lunes, 25 de enero de 2010

CONTRA LA USURA- EZRA POUND.


Contra la usura, el verso y la voz: Ezra Pound


Presentar a Ezra Pound de forma prosaica es una limitación formal comparable a la visión meramente modal del vorticismo cuando irrumpió de forma genial y violenta en el Arte. Adentrarse en la vida de este europeo nacido en Estados Unidos es atravesar los lúgubres bosques de la mediocridad, romper con la ignominia de nuestro tiempo y poder acariciar las musas de la poesía universal, del combate militante. Ezra Pound es verbo, contundencia y Verdad. Es flor y espada, verso y grito, poeta y guerrero.

Él comprendió cual era el problema que subyugaba nuestra época y puso su mejor arma a disposición del único estandarte dispuesto a combatirlo: el fascismo revolucionario. Su claridad y empuje asustó a propios y extraños, pero su fuerte e inquebrantable voluntad le elevó y coronó con luréola eterna, como gustaba dibujarse. Cuando un hombre resuelve el enigma de su tiempo, cuando descifra el código del enemigo del mundo, su deber es impugnarlo contundentemente. Así lo hizo Ezra Pound desde el arte poético y desde las ondas didácticas, hasta su muerte.

La Usura, el mal angular de una época oscura, la maldición de los hombres y mujeres libres. La servidumbre del dinero, la dictadura del Capital, el oprobio de la libertad. Históricamente lucharon también contra el interés del dinero, predicando, San Ambrosio, San Agustín y San Juan Crisóstomo entre otros; también los canonistas españoles Covarrubias y Gonzalez Tellez.
“Por primera vez en mi vida escuché una disertación fundamental sobre el capital bursátil y prestamista internacional. Después de haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó por la mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido. El mérito de Feder residía a mis ojos en que había establecido con desconsiderada brutalidad el carácter tanto especulativo como económico del capital bursátil y prestamista, pero descubriendo su eterna premisa del interés.”

Contra la usura, poesía

CANTAR XLV. Con Usura
Ezra Pound

Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó “La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.

Contra la usura, “Aquí la voz de Europa”

Recientemente Ediciones Nueva República ha publicado “Aquí la voz de Europa. Alocuciones desde Radio Roma” [1], una recopilación de algunas de sus conversaciones radiofónicas desde la radio fascista. Comenzaron a principios de 1941, una cada tres días y de una duración de diez minutos. Después de un tiempo de “desconexión”, Ezra Pound vuelve con más fuerza, precedido por un comunicado: “Radio Roma, actuando de acuerdo con la política fascista de libertad intelectual y de la libre expresión de las opiniones por parte de quienes se hallan cualificados para ello, ha ofrecido al doctor Ezra Pound usar el micrófono dos veces por semana. Queda entendido que no le será pedido decir nada contrario a su conciencia o que sea incompatible con sus deberes de Ciudadano de los Estados Unidos de América”[2].

En estas charlas, Ezra Pound se muestra claro y conciso, con espíritu didáctico. Sabe que el desconocimiento de la economía es el principal problema de la lucha anticapitalista. En ellas, habla de los Roosevelt, los Morgenthau, los Lehman y los Warburg, de su influencia -y de su dominio- en las políticas de las naciones, de las guerras promovidas por estos, por intereses económicos. Explica como pueblos enteros han sido conducidos a la muerte dirigidos de aquellos que sojuzgan las patrias, avasallando a los ciudadanos y a los gobiernos con el interés del dinero: es la usurocracia.

Con brillantez y concisión desmenuza los medios de esa usurocracia para convencer a los hombres y mujeres de ir a la guerra, a la guerra de los otros. Describe como las coporaciones de información y difusión, como el Times o la B.B.C. , son instrumentos de esa cloaca que domina la economía y las finanzas. Como, a través de esos medios, colocan a sus candidatos (por ejemplo Churchill) para alzancar sus objetivos políticos, ya sean leyes favorables a sus intereses o directamente alguna declaración de guerra. Es el hedor capitalista.

La corrupción de nuestro tiempo es total. Ve con indignación como la mancha infecta llega a todas las capas de la vida. El lenguaje se ha corrompido de una forma estudiada, dirigida y con un objetivo claro: desinformar, tergiversar y por lo tanto domeñar y oprimir. Destruyendo la precisión de la terminología, enajenando el cultivo del buen uso de las palabras, de los significados, se dominan las propias ideas o directamente se destruyen. El lenguaje, así lo supo explicar Ezra Pound, es un arma poderosa, manifestación viva y portentosa de la mente humana. La forma de controlar la palabra es introducir el virus en las escuelas, en las universidades, en los diarios, libros y en todos los ámbitos de la vida. Y así lo hicieron los usureros, como con todo, alterando el valor, emponzoñándolo todo.

“Separar el grano de la cizaña”. Ese era el motivo por el cual Ezra Pound hablaba. Quería esclarecer el sucio mundo, arrojar luz allá donde otros querían sombras. Liberar del estreñimiento al mundo, a las gentes, para liberarlas y hacerlas partícipes de la revolución que se había gestado en algunos países europeos como Italia o Alemania. La injusticia es contraria a la paz, la injusticia no conmueve. Él fue un libertador, un genuino poeta al servicio de la Verdad, de la libertad de los pueblos y de sus gentes. Leer a Ezra Pound es revelador, la adhesión es inmediata, la fé se convierte en hecho probado y las palabras en banderas. Recitarle es rebelarse, comprenderle es afianzarse.

Su voz, “la voz de Europa”, es la voz de aquellos rebeldes que se niegan a sucumbir ante el infecto mundo actual.

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