jueves, 24 de junio de 2010

CARLOS GARDEL A 75 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO. CADA DIA CANTA MEJOR.

HABRA NACIDO EN FRANCIA O EN URUGUAY PERO NUNCA LE CANTO A PARIS O A MONTEVIDEO COMO LO HIZO CON BUENOS AIRES.



Carlos Gardel fue un cantante y actor de cine naturalizado argentino, considerado el
más importante tanguero de la primera mitad del siglo XX. Según algunos investigadores nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890, y, según otros, nació en Tacuarembó, Uruguay, el 11 de diciembre de 1887, viviendo desde su infancia en Buenos Aires. Falleció el 24 de junio de 1935 en Medellín, Colombia, en un accidente aéreo. En 2003, a propuesta del gobierno uruguayo, la voz de Gardel ha sido registrada por la Unesco en el programa Memoria del Mundo, dedicado a la preservación de documentos patrimoniales.

Biografía

Existe una controversia sobre si su lugar de nacimiento fue Toulouse (Francia) o Tacuarembó (Uruguay), aunque no hay duda de que vivió en Buenos Aires desde muy pequeño. Creció en la Argentina y se nacionalizó en este país en 1923[5] y murió, en un accidente aéreo durante una gira, en Medellín (Colombia).

Gardel creció en el Abasto, una zona entre los barrios de Almagro y de Balvanera, en Buenos Aires en el que funcionaba el famoso Abasto, mercado central de frutas y verduras, cuyo edificio estilo art decó se conserva reciclado y convertido en centro comercial. A muy temprana edad comienza a ser reconocido por su canto, y trasciende su fama como el Morocho del Abasto. El payador José Betinotti le daría un nuevo apodo que también se haría popular, El Zorzal Criollo, y lo motivaría a cantar en los centros políticos. También se le conoce como el Francesito, como El Mudo, con base en un fino sentido del humor que hace referencia a su excepcional voz y como el que cada día canta mejor.

Estudió en el Colegio Salesiano Pio IX de Buenos Aires, donde fue compañero de curso de Ceferino Namuncurá, futuro beato argentino. En 1902, siendo tramoyista en el teatro La Victoria, comienza a escuchar a distintos cantantes de zarzuela y ópera, entre los que se destacan el barítono italiano Titta Ruffo y el zarzuelista español Sagi Barba. En 1911 celebró un duelo musical con 'El Oriental' José Razzano en la calle Guardia Vieja del barrio del Abasto. En ese duelo no ganó ninguno de los dos: más bien surgió el dúo Gardel-Razzano, que trabajó unido durante quince años. Poco tiempo después Gardel grabaría sus primeros discos, marca Columbia Record, para la Casa Tagini.
Calle Carlos Gardel, en el Barrio del Abasto, en Buenos Aires.

Gardel recibiría en 1915 un balazo durante un altercado a la salida del Palais de Glace (salón de baile de la época en el barrio de la Recoleta). Cantaría el resto de su vida con esa bala alojada en su pulmón izquierdo.

Dos años más tarde es protagonista del film mudo Flor de Durazno[6] (novela de Hugo Wast). En 1923, ya metido de lleno en el tango, realiza con Razzano y la Compañía Rivera-De Rosas, una gira que lo llevará a Uruguay, Brasil y España, debutando en el Teatro Apolo de Madrid. Hacia mediados de la década de 1920 el dúo cantor se separa, pasando Razzano a ejercer las funciones empresariales. Gardel vuelve a realizar giras por Europa, donde actúa en España (1925) y Francia (1928), y actúa en varias películas para la Paramount. Debuta en el cabaret Florida de París, con enorme éxito y graba varios discos. En 1929 visita brevemente Italia y el 5 de febrero vuelve a Francia, donde actúa en la Opera de París, triunfando de manera rotunda.
"Carlos Gardel, el corazón del tango", por el fileteador Martiniano Arce (2006).

De regreso en Buenos Aires debuta en el Teatro Empire, para volver a viajar a España donde actúa en el Principal Palace de Barcelona y en el Teatro Avenida de Madrid. Comienza entonces a grabar los cortometrajes que lo harían famoso. Volvería a Francia en 1930 donde filma para la Paramount francesa la película Luces de Buenos Aires.

Tras una breve vuelta por Buenos Aires y Montevideo viaja otra vez a Europa, pero sin sus guitarristas. Realiza giras por la Costa Azul, Italia, Londres, París, Viena, Berlín y Barcelona. Filma nuevamente para la Paramount francesa "Espérame", "La casa es seria" y "Melodía de arrabal". En estas películas se incorpora como colaborador el poeta y periodista Alfredo Le Pera, con quien Gardel escribirá muchos temas (Mi Buenos Aires Querido, Silencio, Volver, El Día Que Me Quieras, etc.).

En 1933 regresa a Buenos Aires. Su conjunto de guitarras estaba integrado por Barbieri, Riverol, Vivas y Pettorossi, trabajan en Montevideo y en el interior de la Argentina y del Uruguay.
Carlos Gardel junto a Peggy, Mary, Betty y Julie, durante la filmación de Rubias de New York, en 1934.

Su público nunca más lo volvería a ver: el 7 de noviembre de 1933 se va un tiempo corto a Barcelona y París, y luego viaja a los Estados Unidos donde debuta en la NBC de Nueva York, el 30 de diciembre. En 1934 filma "Cuesta abajo", "Mi Buenos Aires querido" y "Tango en Broadway", para la Paramount de Nueva York. Vuelve por poco tiempo a Francia, a fines de 1934 vuelve a actuar en la NBC y a filmar en el musical de la Paramount "Cazadores de estrellas" junto a Bing Crosby, Richard Tauber y Ray Noble entre otros grandes. En 1935 filma El día que me quieras y Tango Bar, donde canta sus éxitos más recordados. En abril emprende su fatídica gira, programada para ir por Puerto Rico, Venezuela, Aruba, Curaçao, Colombia, Panamá, Cuba y México, pero el destino impidió que esta se completara. El 24 de junio de 1935 Carlos Gardel, junto con Alfredo Le Pera y algunos de sus músicos, entre ellos el Indio Aguilar, falleció en el choque de dos aeroplanos a punto de despegar sobre la pista del aeropuerto Olaya Herrera de la ciudad de Medellín (Colombia).

Gardel se encontraba en lo mejor de su carrera, millones de sus admiradores lo lloraron. Entonces "El Zorzal criollo" se ganó la gloria: popularmente, la gente dice que "Gardel cada día canta mejor". Un verso de su tango Volver se convirtió en un refrán famoso en toda América latina: "Veinte años no es nada".

Carlos Gardel está enterrado en el cementerio de la Chacarita de Buenos Aires. Se conservan más de setecientas grabaciones de Gardel. No sólo grabó tangos; también música folclórica, milongas, zambas, rancheras, tonadas, estilos, etc. (treinta géneros en total). Grabó algunos Fox trots, un tango en español e inglés, y también algunas canciones tradicionales en francés e italiano y hasta un tango en guaraní.


Aunque fueron varias las mujeres con las que se relacionó Gardel, con ninguna mantuvo una relación duradera. Una de las más conocidas fue Isabel Martínez del Valle, quien intentó casarse con él, pero esto no se concretó, pues por algún motivo los sentimientos del Zorzal criollo cambiaron. Se comentó que una de las causas podría haber sido que la familia de la novia abusó de la generosidad del cantor y él acabó agobiado por la situación. Varias veces Gardel intentó cortar su relación con ella, pero terminaban reconciliándose. Ella nunca reconoció públicamente que su relación con él estuviese rota. En el diario El Nacional de Bogotá del 18 de junio de 1935 (seis días antes de su trágica muerte) el inolvidable cantor mantuvo el siguiente diálogo con el periodista:
— ¿Cuál fue su primer amor?

— He amado muchas veces en mi vida y conservo de ello gratísimos recuerdos, como que en todos mis amores he sido feliz. En ellos he querido de diferente manera según el temperamento de la chica, las circunstancias y el ambiente. Sin embargo, cada vez que me enamoro creo ser ésta la única ocasión en que verdaderamente he querido.
— ¿Cuál es el tipo de mujer que prefiere?
— Prefiero las latinas, indudablemente, por ser de mi misma raza y por lo tanto comprender más mi temperamento, pero todas las mujeres atractivas e inteligentes me agradan.
— ¿Es Ud. partidario del divorcio?
— Debido a mi carrera no soy partidario del casamiento.
Día de Carlos Gardel
Placa conmemorativa por el centenario de su nacimiento, en México, D. F, 1990.

El 24 de junio de 2005, por decisión conjunta de las autoridades municipales de las ciudades de Buenos Aires, Montevideo, Tacuarembó y Medellín (donde falleció), se recordaron los 70 años de la muerte de Carlos Gardel. Por primera vez, se obvió la conmemoración del llamado "Día de Carlos Gardel" en la ciudad francesa de Toulouse.
Controversias sobre su lugar de nacimiento
Estatua de Carlos Gardel cerca del Abasto (Buenos Aires).

Existen dos teorías que argumentan el nacimiento de Carlos Gardel. La teoría francesista sostiene que nació en Toulouse, Francia el 11 de diciembre de 1890. La teoría uruguayista, en cambio, sostiene que nació en Tacuarembó, Uruguay, aunque se afirma que fue en 1883 o en 1887.

El hecho de que existan un testamento que declara a Gardel nacido en Francia y unos documentos del cantante que lo declaran nacido en el Uruguay, llevan a los investigadores de ambas teorías a dar un punto de vista diferente respecto a este tema.

Es evidente que las investigaciones de varios interesados en el tema generaron tantas opiniones opuestas con el asunto a lo largo de los años, que todavía siguen generando controversia.

Cuando sus allegados le preguntaban la cuestión sobre su nacionalidad, Gardel sorprendía con frases ingeniosas, evitando dar una respuesta concreta, como por ejemplo: "Nací en Buenos Aires, Argentina, a los 2 años y medio de edad" (que es cuando llegó a esta ciudad). Las declaraciones diciendo que era uruguayo, sólo las efectuó a medios uruguayos, no así en otros países, donde manifestaba que era argentino.

Teoría francesista

La teoría francesista basa sus argumentos en un acta de nacimiento en Toulouse donde consta el nombre de Charles Romuald Gardès, hijo de Berthe Gardès y en su testamento ológrafo, donde Gardel también declara haber nacido en Toulouse, Francia y ser hijo de Berthe Gardès (según esta teoría).

Los francesistas sostienen que todos los documentos de Gardel en los cuales figura que nació en Tacuarembó, Uruguay, como su registro de nacimiento, su cédula y sus pasaportes, son falsos.

Teoría uruguayista

La teoría uruguayista sostiene que Gardel es hijo ilegítimo del Coronel Carlos Escayola, de Tacuarembó, producto de una relación impropia para la época. Esta teoría, entre otras cuestiones, pone el acento en una serie de documentos cuando Gardel se nacionaliza argentino (registro de nacimiento, cédula de identidad, pasaporte) que lo afirman nacido en Tacuarembó. El registro de nacimiento lo hace en 1920 en el consulado uruguayo en Buenos Aires. Estos investigadores sostienen que Gardel lo debió realizar tardíamente, ya que al haber nacido en el marco de una relación adúltera, esto fue lo que impidió que fuera inscrito en el momento de su nacimiento.

A su vez, los uruguayistas ponen en duda al testamento que se da a conocer cuando Gardel muere, ya que este justificaría el malentendido de su nacionalidad francesa como una maniobra legal para que Berthe Gardès (madre adoptiva según esta teoría) pudiese heredarlo en su testamento de acuerdo a las leyes argentinas de la época.[10]
Retrato de Carlos Gardel en la estación de subterráneo Carlos Gardel, que recibió su nombre en su honor, obra del fileteador León Untroib.

El estado uruguayo como otras entidades no gubernamentales, propusieron realizar una prueba de ADN al cantante para verificar si era o no hijo biológico de Berthe Gardès y así establecer con exactitud su lugar de origen. Una jueza argentina en su fallo, prohibió que se le realizara ese estudio a Gardel, alegando el origen francés del cantante, sosteniendo que:

"en ambos juicios sucesorios (en Argentina y Uruguay) se ha resuelto que la única heredera fue la madre del reconocido cantante argentino (Gardel tuvo nacionalidad argentina), la señora Berta Gardès... ¿Acaso debe hacerse eco de versiones cuando la cuestión supuestamente atacada ya ha sido resuelta en sede judicial? Entiendo que la respuesta es negativa".[11]

El estado uruguayo a través de un ley de 1996 establece cada 24 de junio (fecha de la muerte del cantante) como el Día de Carlos Gardel, con festejos en la ciudad de Tacuarembó.

Desde el 1º de septiembre de 2003, la voz de Carlos Gardel es Patrimonio de la Humanidad, por declaración de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). En su registro Memoria del Mundo, la UNESCO anotó a Carlos Gardel como "cantor argentino nacido en Francia".
La muerte.

En junio de 1935, Gardel y su comitiva se disponía a tomar un vuelo desde Medellín, Colombia. Conozca los pormenores de la tragedia que ocasionó la muerte del cantor.



Gardel y su comitiva se hallaba en Colombia realizando una serie de actuaciones con motivo de la promoción de las películas que el cantor había filmado recientemente para la Paramount en los Estados Unidos. La gira había comenzado en Puerto Rico, para luego ir desplazándose hacia el sur, pasando por Venezuela y algunas islas del Caribe hasta llegar a Colombia. Corría el año 1935.



El accidente



Tras una serie de exitosas actuaciones, el grupo debía partir rumbo a Cali, donde les esperaba una serie de presentaciones en el teatro Isaacs de dicha ciudad. El avión en el que partirán es un F-31 perteneciente a la compañía SACO, la cual lo ha adquirido hace poco tiempo y cuyo destino es el de cubrir la ruta Bogotá-Medellín-Cali. El “ganso de hojalata” (como le llamaban por ser totalmente metálico) era un monoplano terrestre, modelo 5 –AT-B, fabricado por la Ford Motor Company-Aircraft División hacia principios del año 1929. Contaba con tres motores Pratt & Whitney de 420 caballos de fuerza cada uno y tenìa realizadas unas 8.600 horas de vuelo. El piloto es el capitán norteamericano Stanley B. Harvey, el cual es el encargado de llevar a los pasajeros tan solo hasta Medellín junto con su copiloto Jack Mc Myllan; a partir de allí, ocupará su lugar Samper, dueño de la compañía.



El avión se eleva, realiza un círculo alrededor del aeródromo y parte, realizando un vuelo sin incidentes. Una hora y media después, desciende en el aeropuerto “Holaya Herrera” de Medellín –nombre puesto en honor al último presidente de Colombia-, donde tomarán un almuerzo junto con la tripulación de la SACO.

A las 14 horas y 58 minutos, y tras tomarse un sinnúmero de fotos de los pasajeros, el F-31 se dispone a partir. Los tanques del motor han sido llenados de combustible, y el avión ya está listo cuando surge un inconveniente. “El gerente del aeródromo de Medellín habló con el piloto Samper –relata Aguilar, guitarrista de Gardel-, debía cargar 12 tambores de películas. Le manifestó Samper que no quedaba espacio en el trimotor, y entonces se dispuso que los tambores fueran colocados debajo de los asientos de los tripulantes del avión. No se podía cargar ni un alfiler más”.



Grant Flynn es el aeromozo del avión. Como es la costumbre, comienza a atar a los pasajeros a sus asientos. Únicamente dos de ellos se negarán: Aguilar, quizá por superstición y Plaja, quien debe ir al baño.

El avión nunca llega a levantar vuelo. Tras la señal de la banderilla a cuadros para que avance, el trimotor comienza a carretear por la pista 36. Algo sucede –algunos han sugerido que la aeronave iba demasiado pesada-, y Samper no puede elevar la máquina, desviándose de su trayectoria. “Che hermano –bromearía Gardel-, este aeroplano parece un tranvía Lacroze”.



Julio y Jorge Uribe habían quedado en encontrarse con Henry Swartz en el aeropuerto, pues querían aprovechar el viaje de éste último junto con Gardel y su comitiva para que les llevara unos rollos de la película “Payasadas de la vida” (en la cual se desempeñaba la cantante Toña La Negra) hasta dicha ciudad, en donde serían entregadas precisamente en el teatro donde actuaría Gardel, el Isaacs. Los Uribe se despiden, quedándose a un costado de la pista para ver despegar el avión. Se fueron corriendo hacia las dependencias de la otra compañía que surcaba los aires colombianos, la SCADTA, donde les interceptaron el paso, pues en esos momentos se encontraba saliendo hacia la pista uno de sus aviones, el trimotor “Manizales” –también un F-31-, el cual se hallaba listo para realizar el vuelo 62 de regreso a Bogotá. Hans TOM, de 27 años y origen prusiano, era el piloto de la nave.

El banderillero autoriza al “Manizales” a acercarse a la pista de despegue. El avión comienza a moverse lentamente, hasta que el banderillero le muestra la bandera roja, señal de que debe detenerse.



-Oiga che, piloto, ¿dónde nos lleva?... ¿Qué le pasa? –pregunta dentro del avión de la SACO un cada vez más preocupado Gardel. El resto de los pasajeros comienza a removerse intranquilo también, viendo que un choque es inminente si el piloto no cambia de ruta. Foster, sentado al lado del piloto, pega un grito de alarma.



En las oficinas de la SCADTA, la preocupación comienza a cundir. “Esta no es una maniobra, pasa algo”, comenta uno de los técnicos mientras observa como el avión se acerca peligrosamente. Los Uribe se miran, asustados: el avión enfila en forma directa hacia su posición, donde además de ellos hay por lo menos otras 50 personas y gran cantidad de combustible. Desesperado, Samper realiza una maniobra de emergencia, intentando evitar el choque con los hangares, pero yendo a colisionar directamente con el otro avión, que esperaba a un costado de la pista.



El impacto sacude a los pasajeros, arrojándolos con fuerza hacia delante. Los que se hallan adelante de todo perecen en el acto, víctimas de la colisión y la posterior explosión; sobrevivirán al impacto únicamente aquellos que se hallan en la parte trasera del avión. “Yo oí un crujido espantoso y fui lanzado contra una de las paredes de las cabinas, al tiempo que un torrente de nafta en llamas inundaba el compartimiento de los pasajeros los que, desvanecidos, formaban un montón con los escombros y las maletas destrozadas”, recordaba Aguilar. Los aviones entran en llamas en forma inmediata, alcanzando un radio de 40 metros a la redonda. A pesar de la rapidez de los hechos, muchos de los testigos asegurarán haber escuchado gritos provenientes del interior de los aparatos.



Otro de los sobrevivientes será Flynn. Se hallaba de pie dentro de la aeronave, y como por aquel entonces no contaban dichas máquinas con cabina separada para el piloto, la vista de los pasajeros hacia el frente era total. Flynn, al observar la inminencia de la catástrofe, se habría lanzado por la portezuela, la cual aún se hallaba abierta (como era práctica habitual en esa época). “Todo fue tan rápido que yo no alcancé a darme cuenta de lo que pasaba. Imposible precisar en qué forma se desarrolló el espantoso choque de los dos aviones: sólo conservo la impresión muy vaga, muy lejana, de personas que corrían y se morían desesperadamente dentro del aparato. Todo esto pasó en cuestión de segundos, ya que el avión viajaba a una enorme velocidad para levantarse. No logro explicarme cómo pude salir de entre los restos incendiados del avión, ni recuerdo dónde estuve después del siniestro”.



A las 15 horas los bomberos reciben el llamado y acuden raudos al lugar del siniestro, comandados por el teniente Henao. Mientras llegan, empleados de las compañías de aviación intentan -en vano pues los tanques repletos de gasolina habían entrado en ignición- apagar el fuego con arena y agua. El público que se había agolpado en el aeropuerto para despedir a Gardel, corre desesperado hacia la pista, intentando realizar un desesperado rescate. Será necesario enviar tropas del ejército para lograr separar a los curiosos del lugar del accidente. En tanto, en el interior del avión, los pasajeros luchan por sus vidas. “El fuego lo envolvía todo, todo –prosigue Aguilar-; yo huía de entre las llamas para la parte trasera del avión y al llegar a la cola del aeroplano con las manos y los codos conseguí romper los cristales de una ventanilla; el traje me ardía completamente y con horror sentí que el cabello se me iba chamuscando”. Además del guitarrista lograrán saltar por la abertura Alfonso Azaff, Riverol y Flynn. Plaja también logrará ser sacado con vida del aparato. Pocos minutos después, los heridos son trasladados a la policlínica municipal y luego a la Clínica La Merced.



El choque ha sido tan frontal y fulminante que el ala derecha del F-31 ha quedado enlazada a la izquierda del “Manizales”, pero invertidas las posiciones de ambas. En cuanto a los sobrevivientes, el rápido diagnóstico es desalentador: Azaff tiene diversas fracturas y quemaduras graves; Plaja ha sufrido quemaduras de primer grado en la cara, los brazos y las piernas; Aguilar otro tanto; Riverol, el más perjudicado, presenta quemaduras de primer grado en todo el cuerpo.



Cuando media hora después pueda apagarse el fuego, la magnitud de la catástrofe quedará a la vista: quince personas muertas y cinco heridos, de los cuales dos –Azzaf y Riverol- morirán en el transcurso de los próximos días. En el “Manizales” iban siete personas: el piloto Hans U. Thom, el copiloto Hartmann Furst, el ayudante de avión Juan Castillo y los pasajeros Dr. Estanislado Zuleta Ferrer, Guillermo Escobar Vélez, Jorge Moreno Olano y Lester W. Strauss. Por su parte en el avión de la SACO viajaban trece personas: Ernesto Samper Mendoza (piloto), William Foster (copiloto), Grant Yetman Flynn (jefe de tráfico), Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, Guillermo Barbieri, Angel D. Riverol, José M. Aguilar, José Corpas Moreno, José Plajas, Alfonso Azzaf, Henry Schwartz y Celedonio Palacios (pasajeros).



Únicamente sobrevivirán al accidente Flynn, Plaja y Aguilar, quedando los dos últimos con heridas y lesiones permanentes. Flynn, luego de una primera entrevista, desaparecerá rápidamente del panorama (Se sospecha que habría sido apalabrado para que no diga nada más con respecto al accidente, por las consecuencias que sus declaraciones podrían traer).



Aguilar será trasladado al Hospital San Vicente de Paul donde se le retirarán las vendas, pudiéndose comprobar que no había perdido la vista. Tras una larga convalescencia en la casa de la señora Pepita Olarte, podrá volver a Buenos Aires y completar su restablecimiento. Plaja, por su parte, compartiría una temporada con Aguilar en la clínica La Merced, pero luego su hermano le trasladará al Medical Center de Nueva York. “Las monjas de este gran hospital me decían que había tenido mucha suerte –relataba-, pero cuando luego vi qué había quedado de mí...Esos de los aviones no pagaron seguro ni nada. Eran otras épocas, aunque era un avión charter...”



La muerte de Gardel



El cadáver de Gardel sería encontrado boca abajo y atrapado por las válvulas de uno de los motores del avión. Su identificación sería casi inmediata al encontrarse un pañuelo con sus iniciales, una cadena de oro sin reloj, una pulsera con su nombre y domicilio -Jean Jaurés 735- y un objeto que luego sería víctima de una interminable discordia: el documento que le indicaba como nacido en Tacuarembó, Uruguay (ver más detalles en “El pequeño Gardel”). Junto al cantor se encontrarían unos soberanos de oro y casi intactas, las partituras originales del tango “Cuesta Abajo”.



En Cali, donde debía realizar sus últimas actuaciones en suelo colombiano, una multitud esperaba el arribo del cantor. Ya desde la noche anterior se habían instalado carpas alrededor del aeródromo Guabito del Valle de Cauca, donde debía aterrizar la aeronave de la SACO. Hacia las 15 hs. la ansiedad de la congregación reunida puede más que las medidas de seguridad dispuestas alrededor de la pista: el campo de aterrizaje es invadido por un público que no puede esperar. Pocos minutos después la noticia del accidente llega a Cali, ante la incredulidad de todos. La noticia comenzó a circular como reguero de pólvora.



Cuando el rumor dio paso a la verificación, el estupor y el silencio reinante en el aeródromo comenzó a dar paso a las lamentaciones y a verdaderas muestras de histeria colectiva. Arturo Ramirez, empresario encargado del teatro Jorge Isaacs donde Gardel debía cantar, comienza a devolver el costo de las entradas. Muchos no irán a reclamarla, aún en estado de shock.

En Medellín, ubicados los cuerpos dentro de ataúdes donados por la municipalidad, la procesión comenzó su peregrinaje hasta el hospital San Vicente de Paul, donde serían identificados en forma oficial. Por encargo de la Paramount, los restos de Gardel serían guardados en un ataúd diferente. Una misa en la basílica de La Candelaria sería celebrada al día siguiente en memoria de los muertos, partiendo luego el séquito rumbo al cementerio de San Pedro. El ataúd del cantor será llevado a hombro por una compañía de teatro que se hallaba trabajando en la ciudad, siendo escoltados por una multitud que había salido a la calle en forma espontánea ante el paso de la caravana.

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